PRESENTACIÓN EN LEÓN DE LA CONSPIRACIÓN DE LAS MARIPOSAS EN LEÓN - 27.01.12 - LA CARTA DE LORENZO Originally uploaded by juanluisgx
En la presentación en León de la nueva novela LA CONSPIRACIÓN DE LAS MARIPOSAS que tuvo lugar la tarde del viernes 27 de enero´12 en el Ámbito Cultural del Corte Inglés de León, con la presencia del autor y de Felipe Zapico, mamífero y poeta,
se leyó esta carta que el autor recibió por oscuros medios, de uno de los protagonistas de la novela: Lorenzo.
"Esta mañana he recibido una carta. Una carta que ha trastocado mis planes. No piensen ustedes que estaba en el buzón. Al salir de casa, camino a mis labores, me ha asaltado un enano embozado y me ha dado una carta. En su mano parecía un cuchillo. Retrocedí unos pasos temeroso, pero ante la insistencia callada del diminuto cartero la he tomado. Él sólo ha dicho: de parte del Loren. Y efectivamente, cuando el estupor y el enano se desvanecieron, abrí el sobre y encontré una breve nota que viene firmada por Lorenzo Mantilla Alba, conserje de la Universidad de Galión y protagonista a su pesar del libelo intitulado La conspiración de las mariposas. Dice así:
"Estimado Sr. Alonso Vega:
No puedo dejar la ocasión de trasmitirle mi más sincera queja por la infame utilización que de mi vida hace en su novelita. Si fuera usted consciente por un segundo de las dolosas consecuencias que este mariposeo ha tenido para el que suscribe, es posible que hubiera reparado un minuto antes de tomarse la libertad de jugar con la vida de quien perdió la suya por no tener palabra en esta comedia. Desde que tuvo la infeliz idea de hacerme personaje de su gracia perdí intimidad, fui objeto de chanzas y rumores por mis callados secretos puestos ahora a la luz sin licencia ni permiso y quedó mi alma impúdicamente desnuda al escrutinio de quien no es capaz de distinguir historia y novela. Se me atribuyen sin juicio adicciones y taras que me retratan como un onanista hipocondriaco y subversivo. Y aunque no negaré todas esas falsedades, si diré que en nada incumben a tantos que ahora se arrogan el derecho a hurgar en mis intimidades, pues a nadie importan sino a mí.
Ayer mismo, me topé a la altura de la catedral con Emilín, la rubia de la Diputación y el señor obispo que me saludaron muy afablemente y se fueron entre murmuraciones y risitas. Las mismas que observo entre los alumnos de la facultad desde la infeliz aparición de esta nonada.
No sería, sin embargo, justo si sólo desgranara quejas y lamentos y no apuntara siquiera una levísima gratitud por algunas bienaventuranzas que me ha traído esta conspiración: Si bien nada de dinero aportó, sí me elevó al pedestal lustroso de la fama, donde muchos de mis colegas universitarios me reconocen, igual que algunos vecinos del Crucero donde ahora habito tras ser injustamente exiliado de la casa-comuna de Villaobispo de las Regueras. Han crecido las ofertas carnales que yo rechazo con tanto agradecimiento como firmeza, pues estoy enamorado hasta las cachas de mi adorada Leni, y me apetece llegar, si no casto, sí al menos puro a la cumbre de nuestra unión. También he de aceptar que ésta me da más bola desde que soy carne de imprenta, pues piensa en su ingenuidad que algo tuve ver en esta feria e incluso que usted y yo somos amigos. Cosa que yo dejo correr pues sospecho que el virus de su vanidad algo me favorece en este amoroso lance. Los últimos días no para de preguntarme por la posibilidad de una segunda parte. Usted verá.
Tengo que advertirle que esta es una ciudad pequeña. He hecho mis averiguaciones, y estoy en condiciones de asegurar que no hace sino proyectar sus propias taras, pues los escritores de los cojones no tienen los precisos para mostrarse a cara descubierta y siempre se emboscan tras la máscara de otros personajes que acabamos siendo paganos de sus imaginaciones. No me obligue a actuar. Se lo advierto.
Concluyo ya, pues esta tensión de las últimas semanas ha disparado mi sistema hormonal y necesito aliviarme cada poco. Es la hora del café y el baño de la segunda planta me espera como un paraíso silencioso."
Esta misiva me ha hecho reflexionar de nuevo sobre los límites de la realidad y la ficción, cada vez más difusos, y cómo esta confusión inquieta sobremanera al lector (ejemplos hay en D. Quijote/Shakespeare/Unamuno/Las mil y una coches/Cortázar). He recordado que la respuesta está en Borges: Si nosotros, que nos creemos reales, nos confundimos con los seres de la ficción, puede que no seamos sino personajes de otra obra que alguien ha escrito y alguien ahora mismo está leyendo. No se inquieten: es pasajero, serán ficticios sólo mientras el lector sacia su vicio, justo hasta el momento en que sus manos cierren el libro o sus párpados caigan arrastrados por el sueño. En ese momento volverán a convertirse en realidad o en nada."
Juan Miguel Alonso Vega
Más información, y algunos fragmentos de la novela
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